domingo, 6 de abril de 2008

Filosofía a posteriori y verdad centrípeta

Hoy intentaremos reflexionar sobre algo complicado. Se trata de un envoltorio social, un imaginario colectivo, no concretado, diseñado ni estructurado. En cada tiempo, en cada década, se acaba forjando una filosofía, incidental, que es a posteriori: primero suceden las cosas, el mundo se expresa de una manera, y luego uno puede "leer" qué filosofía han reflejado los hechos. Se trata de leer la sociedad y ver qué verdad sucede, más que deducirla abstractamente de unos principios más teóricos. La verdad de los 80 poco tiene que ver con la actual, o la de los años 20.

El cine mismo, los contenidos de la televisión, los temas de los libros, la educación del momento, el tipo de lenguaje, los hábitos del vestir, las maneras de ligar, la publicidad, los tabúes, los tópicos al uso, todo evoluciona con el pasar de los años y expresa una verdad u otra sin pedirle permiso a ninguna teoría vigente. Son contenidos espontáneos y concretos que juntos van formando una masa más grande de verdad, suelen estar en la misma ola, y ninguno es responsable de una teoría pero sí lo son en su conjunto. Así es como la "verdad" crece espontánea en los campos de la sociedad, y es la real, la de carne, hierro, goma o papel, la fáctica.

Concretando más con un ejemplo, la presencia de un Dios en nuestra sociedad actual se ha diluído, difuminado en silencio. Nadie sabría muy bien decir cómo, solamente que pasamos de una sociedad más religiosa a una mucho más laica, y lo más curioso de todo es que ha sido sin titulares, sin noticias, sin haber ni siquiera un debate o una conciencia pública del hecho. Y éste se dejaba llevar ha crecido paulatinamente día a día con todos estos productos humanos , un día una película, otro día otro lenguaje, una televisión diferente, unos tonos nuevos... de forma espontánea, con mini-teorías cotidianas que han flotado más que otras por tendencia natural, por su mayor fuerza, se han sedimentado en la sociedad por mayor afinidad con el momento.
Esta verdad, mucho más moldeable que la teórica, cambia e igual que unos ropajes va al armario de la historia y aparecen nuevos tonos, nuevas temáticas, nuevas mini-verdades.

La verdad de los 80, que yo recuerde, era una verdad más ingenua, inocente, con menos estilo, más tímida, menos frenética, y muchos adjetivos más. A partir de los dos miles, la verdad social es todavía más libre, más polifacética, estilosa, pero muy difuminada en muchos polos. Quizás es una verdad "sense pal de paller", centrífuga y no centrípeta, sin un fundamento o imán por el centro del imaginario colectivo, si no muchos imanes o mini-fundamentos difuminados.
Quizás es más difícil orientarse así. Quizás incluso se puede caer en el olvido que existe un fundamento. Estamos acostumbrados a los rótulos para esas cosas, que permiten encontrar el camino del sentido más fácilmente. Hoy en día a cada nuevo sol, la verdad puede cambiar. No creo que haya muchos hombres que sepan dónde están las Cosas. Se necesitan mayor rotulación de los fundamentos, el hombre aún no ha mutado para ello. : )

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