martes, 13 de enero de 2009

El terrario de las generaciones

La metáfora es esa barcaza psíquica que nos lleva a todos los sitios, una especie de transporte público para surcar los planos de la realidad. Es el antídoto de la literalidad, científica y animal a la vez, es el maná de la poesía, y es la puerta de la diversidad. De figura literaria ha pasado a ser figura filosófica (hermenéutica) y figura psicológica (psicoterapia), por lo que podríamos decir atrevidamente a estas horas de la mañana que el lenguaje es en esencia metafórico y el ser humano es un animal metafórico (sonido de losa metafísica).

El terrario de las generaciones es una imagen que puede transmitir la potencia de una metáfora. Imaginémonos no un acuario que la gente tiene en sus casas, si no un terrario de esos de zoo, parecido al primero pero lleno de tierra.
El rectángulo limitado de tierra, es la masa de vidas existentes, colocadas en capas según las generaciones, que cuando ascienden al tope de arriba se van al cielo, y cuando aparecen en la vida ocupan la franja inferior reptando hacia arriba.

Las influencias se van filtrando hacia abajo, aleatoriamente por lo tortuoso de la tierra, mezclando agua de antiguas y más nuevas, cayendo inevitablemente sobre la infancia y juventud del terrario. Es una imagen-síntesis de las goteras del edificio de las generaciones, goteras que siempre pretenden ser más un chorro de influencias y prescripciones, a veces sentidas con rebeldía adolescente como la ducha a presión de un reo.

Podríamos haber empleado "la influencia descendente intergeneracional" o el terrario de las generaciones. Siempre me quedaré con el segundo lenguaje, para nada funcionario, gris, ni burocrático.
Nunca ser un deliniante latino, y dedicarse la existencia a pintar las rayas del campo de la vida aquí y allá con un escudo en el pecho de cientifista. Mejor intentar crear cine en la cabeza con palabras, proyectando imágenes y orquestando cinestesias.
El linde entre ciencia y poesía siempre me ha parecido más largo en kilómetros de lo que la gente piensa, y ese mini estado de difícil acceso, una Andorra o Atlántida perdida, es uno de los países que más ansio visitar en el futuro.

8 comentarios:

Bárbara dijo...

Cuánta razón. La vida es la metáfora más gorda.
Yo también pienso que la física o la matemática están cargadas de poesía y al revés.
Dígame si no qué es tener un 10, dividirlo por 3, y que de pronto aparezca el infinito tras una coma. Pura poseía.

Anónimo dijo...

La poesía es precisamente, el intento de traducir en palabras el sentimiento que surge en nuestros adentros ante la presencia del infinito,( ese más inagotable que late dentro de nosotros, y que aparece después de la coma al dividir el 10 por tres...)
Siempre me resultas sugerente, Bárbara.. Saludos!

Jordi Santamaria dijo...

Bella forma sii de nombrar lo poético, el latido del infinito en nosotros

A mí Bárbara me maravilla más el trayecto contrario, cuando un poeta/artista/escritor lego en ciencia entra en trance y capta verdades científicas con su pura intuición, un adjetivo imposible, o una relación impensable de las cosas

Pero también es admirable el pararse en un desfiladero poético de los físicos cuánticos por ejemplo, cuando avistan la sima del origen del universo.

Quizás estas aristas sean el gozne de todo

Anónimo dijo...

Inigualable imagen: el desfiladero poético de la física cuántica. ..
Gracias Jordi!!!!!!!!!!!!Dios Existe, lo he sentido. Toda facticidad está traspasada de infinito!

Anónimo dijo...

Inigualable imagen: el desfiladero poético de la física cuántica. ..
Gracias Jordi!!!!!!!!!!!!Dios Existe, lo he sentido. Toda facticidad está traspasada de infinito!

Anónimo dijo...

Caray! Habrá sido el eco del desfiladero..???
Ha sido sin querer lo de las dos veces...

elnaugrafodigital dijo...

A veces, el lenguaje de la metáfora me parece más exacto que el de la ciencia. La misma palabra 'palabra' es ya una metáfora, pues viene de 'parábola', leí en un artículo de Baroja sobre las palabras, creo que en 'Ayer y hoy'. Recuerdo que decía también que 'soldado' significaba tio que guerrea 'a sueldo'.

Jordi Santamaria dijo...

Cierto náugrafo, la etimología ya es de por sí una ciencia esclarecedora, un apoyo necesario para el ensayista. El breve de Coromines hay que tenerlo en casa por si acaso.

De nada Carmen. Cuando la realidad está en trance, menos mundana y más cósmica, con un agujero hacia el infinito, el eco de un Dios se nos aparece nítido y real. Un día hay que hablar de la mística