viernes, 3 de abril de 2009

El hijo de Victoria. Proyecto M61175

Y me había quedado mudo, afónico de palabras, o simplemente estaba en otra dinámica. Todos tenemos un circuito cinético de nosotros mismos, unos viales por donde funcionamos, un metro subterráneo para circular y llegar a alguna parte. Yo este pasado mes me fui metiendo en un vagón que era de otra línea, porque muchas veces te subes a tus vehículos de días laborables y tampoco miras qué línea es, más bien no lo sabes. De ahí la naturaleza laberíntica que espera tras las inocentes puertas de los días. Un impulso, un elan, es lo que mueve todo, desde ir hacia esa puerta hasta un big-bang. Más bien inconsciente. Y menos mal de este resorte último que hace girar la rueda del mundo.

Motivaciones y voluntariedades, así se llama el post, de la segunda parte, del primer párrafo. El de la primera se llama Introducción al circuito cinético de uno mismo. Y todo el blog se llama Yo, o sea, Victoria´s son. Que viene a ser un reducido compendio de las cosas que se cruzan por mi mente, las que se precipitan por escrito, y aquello que quedará fijado, en breve destilación, más allá del olvido.

Por cierto, traduciendo a lenguaje convencional, que he estado picando pico y pala en el trabajo. Mi trabajo me divierte, a veces dura nada, puedo ir en bañador, y me permitiría montar una empresa editorial para cagarme en cualquier escritor que me aburra.
Fin del apartado laboral.

Y qué más, se podría hablar del G-20 y la redención del mundo en un día de fotos, de como la gente crea el mito de Obama y él acabará en la hoguera de la crítica portera mundial, de como los bancos de EEUU han sido unas perras lastimeras en la bolsa, auténticos andrajos que la gente vapulea, patea, ensalza, y destrona, en cuestión de minutos bursátiles, mientras sus CEOs se enganchan al Almax padeciendo su depauperado avatar. Y de como he hecho de héroe perroflauta Duran a mi manera, prensando como olivas a estas putas-bancos para sacarles todo el aceite verde posible.
Señores, puede ser que me esté haciendo rico.
Pero ustedes saben bien que yo soy el hijo, de Victoria.

1 comentario:

pesci dijo...

Se te añora. Enhorabuena por los dólares pero sobre todo por verte feliz.