lunes, 27 de abril de 2009

Embalque en la Habana

San Cristóbal de la Habana, un día después de Sant Jordi, a dos calles del Malecón y unas pocas más del Capitolio. El Náufrago Digital durmiendo en el piso de abajo, los cubanos amaneciendo tras 50 años de dictadura ininterrumpida.
Estas son las coordenadas. Iniciamos nuestra vivencia en Centro Habana, el barrio del meollo, la Habana añeja de los cubanos, el lugar de los hechos, y el barrio de Pedro Juan, el culpable de girarme mi hastío hacia Cuba y hacer aflorar la pasión. "Es como Stalingrado con calor", náufrago dixit. Estamos en el barrio donde los palacios se caen. Me lo tomo como las minas donde se inventa la vida, la energía entre las ruinas.

Esa es la paradoxa. Algo también necesitaba hacer click en mi cabeza tras el periplo Europa-Habana, porque aquí uno debe hacer un papel activo bajo la paradoja, olvidarse del aspecto occidental, de toda superficie del mundo que ve, obviamente raído, y preguntarse cómo la gente saca unas raíces salvadoras nunca vistas en otras latitudes. Escribir veo que me puede ayudar a esa toma de conciencia, que es un dejar mis hábitos cognitivos, no válidos en este otro planeta.

Y este viaje puede ser el más laboral de todos. Callejear por la Habana con espíritu de antropólogo y sociólogo, aprovechando la oportunidad socio-histórica de este país, con trayectoria bizarra y única en el mundo. Intentarán hablar más los videos, los testimonios hablados, gesticulados o bailados de la gente. Todo lo que la expresividad concentrada pueda abarcar.

En esta silenciosa alcoba del interior de la casa, oigo como Zenaida prepara el desayuno de frutas y café para los "dos blogueros del amanecer". La Habana nos espera de día, decenas de cubanos saben que hoy abordarán a los yumas (guiris en lenguaje de aquí), intentando compensar de motu propio la balanza comercial entre los dos países, pero ignoran que este par de yumas van a intentar sacarles también, aquello que compensa la riqueza y la pobreza, el elemento x bañado en espontaniedad, que yace inconsciente entre sus ruinas como la mayor riqueza poseída por este pueblo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

A por ellos blogueros!!! exprimirles todo lo que podais, traeros toda la azotea llena de experiencias enriquecedoras, de recuerdos, de música, de olores...
y felicidades por encontraros dos grandes compañeros de viaje...
Aquí estoy haciéndome un zumo de naranjas sanguíneas, a que las echas de menos?

besos catalano-cubanos

Mònica dijo...

Ay!!! publiqué como Anónimo, Carmen me parezco a tí con la máquina jajaja

carmen dijo...

Pues en el zumo sanguíneo bebes el latir de la tierra , el sexo madre y fecundo, la soledad y el deseo de cuba, Mónica. Y yo qee siento la poesía en las teclas os digo a los dos, a los tres, que
compartimos la luna!