miércoles, 17 de junio de 2009

De hiatos del vivir y del tiempo nudista

Día de mierda. Pero de esos que no te puedes parar a olerla. Sabes que se ha emplastado enorme ahí, pero olerla sería el principio de un fin.
Escritura fortuita, hoy se precipita algo en la celulosa y ayer o el otro no, y se quedan en la nada las ideas de los otros días como espermatozoides sin suerte. La casi nada, aquel quinto premio de quedar latente en una buhardilla a oscuras de la mente.
Cada vez va ganando más terreno el absurdo, porque el tiempo se desgrana y un eterno retorno de lo mismo no consigue la transfiguración necesaria, porque hay pocas mutaciones agraciadas, porque falta magia.
Aparte está el crónico síndrome de los hiatos del vivir, lejos estoy de la vida en rodillo-siemprecontinua de la mayoría de los mortales.
Eso ha hecho hueco a la susodicha mierda, que mide 22 mil metros cúbicos y se ha formado en 4 minutos. Quien sepa atar cabos en mi vida, ya sabe a que me refiero.
Pues nada, vaya post para peinar un yoísmo.
Se me ha ocurrido poner fin (y fin) a este enésimo accidente laboral, dedicándome a otro mundo. No me gustaría que se me reconociera por lo que escribo, no me gustaría ganar un pírrico 10 % por mi obra -Benito Lopera Perrote gana más parte-, pero sí que me iría bien ir y venir de la mano de una obra, tener una vida en rodillo con gente de inquietudes más similares: reuniones, conferencias, proyectos conjuntos, deberes artísticos, y toda la membrana de pérdida de tiempo intersticial. Dejar el anonimato, el don-nadismo, la no-comercialización, e intentar que me den trabajo y que me alienten a escribir. Escribir siempre me la ha sudado bastante como quehacer cotidiano, pero cualquiera habla si tiene orejas que le piden que hable, todo es un mero circunstancialismo.
Así que tal vez me acerque mañana -o no- a la editorial que me/nos hace gracia, la barcelonesa Anagrama, y entregue algunos posts y diga que no hay libro detrás, quizás delante, y que esa es mi munición, creo que suficientemente desplegada como cata, y ya. Si gustan y quieren más, puede haber un inicio de cambio de vida, un paulatino abandono del chollo de mi trabajo, y un acercamiento en precisión, al centro de la diana de un destino más natural para mí mismo. En el fondo sólo busco no tener tiempo libre...(continuará)

3 comentarios:

elnaugrafodigital dijo...

Interesante evolución o evolucionismo darwiniano de miras; hay que ponerlas, al menos, que luego den en algo es lo de menos. Pero apuntar, alto, bajo, medio, pero siempre apuntar. Y cuidado con los chollos: tienen su lado oscuro. Como todo. Me congratulo.

Jordi Santamaria dijo...

Gran muñeco-mascota El Chollo del ochentaniano 1-2-3. Había un tiempo en que la tele tenía una poesía aunque kitsch -inocente- (ruperta et al.), pero lograda, inspirativa de los pequeños arranques.

Mònica dijo...

Sorprendente y emocionante aventura, espero que no quede en proyecto y que se convierta en el viaje más emocionante que hayas hecho...
Yo me meto en la maleta, no quiero perdérmelo...