jueves, 24 de septiembre de 2009

La belleza interior

En una aldea, nadie madrugaba para trabajar y antes se ponía guapa. Aún menos se acicalaba como para ir de fiesta. Sin embargo en nuestro mundo de la imagen, se da todo un carnaval para ir al tajo. La gente se arregla, hasta se emperifolla, y desde fuera parece que hasta vayan de celebración, o nos sugieren también un retorno a una matutina soltería, que acabará sodomizada por el tirano deber laboral.

Uno supone que hay una gran mano negra o tonta detrás, un inconsciente colectivo a la deriva, que suma esfuerzos para cubrir con una película el mundo, una fina capa que lo haga parecer bonito, o nos lo presente seductor.
Los vagones transportan masas de gente a su pico y pala particular, pero en estas latitudes de los siglos se contentan con una planta y etiqueta impoluta. Hasta puede que se crean por anchos instantes que el metro parará en el campo, junto a su palacio, para vivir la vida que su ropa no puede vivir.

Después tropeles de gente charlotean sobre la belleza interior, dándose cheques en blanco de tópicos. Una persona pobre es la que tiene una chequera de tópicos siempre dispuesta en la boca. Lo más parecido a no ser humano.
La belleza interior, alias invisible, no existe para que multitudes de perdedores se llenen la boca con ello. Es algo muy serio como para tenerlo de muletilla psíquica. Es de esas cosas que no se dicen y sí se hacen. Hay mucho trilero que clama que la bolita de la belleza está ahí adentro. El recurso manido del que no tiene belleza exterior y tampoco la tiene interior, y lo que hace es escudarse en algo que no es visible, ni tangible con rapidez para el conocimiento, para que así cuele e ir tirando, un atrincheramiento poco valiente en la deducción.

La belleza interior hablada no existe no, sólo existe hecha,
o sólo existe recreada en medio de ese verso

10 comentarios:

Kike dijo...

Hola!

Yo creo que la belleza interior y exterior son la misma cosa. Y para tener una hay que tener la otra, y al reves.

Un saludo,
Kike

Anónimo dijo...
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Jordi Santamaria dijo...

Anónimos no valen

Tu amiga dijo...
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carmen dijo...

Algo nos conmueve, y a eso se le llama belleza... Y yo la veo como un resplandor del ser.
Si eso sucede al lado de alguien, se siente, vaya que sí! Y no hacen falta palabras, ni logaritmos... Se siente!
Un saludo. Y me encanta que escribas!

Mònica dijo...

Si resulta triste la gente que se maquilla a diario para resaltar la belleza exterior, más triste resulta la gente que vende su belleza interior, y se disfraza de persona especial, de persona diferente, por que normalmente la gente que lo hace es tan poco especial que el único recurso es autoconvencerse a uno mismo y intentar hacerlo con el resto, como si fuesemos idiotas y incapaces de darnos cuenta de que nos estan vendiendo la moto.
Esa belleza interior es tan especial que en el momento que te la venden o lo intentan, pierde todo el sentido.
besos

carmen dijo...

Probablemente nadie se da cuenta cuando comes algo que te gusta menos para que lo que está mejor se lo coma otro.
Y nadie aprecia que la alegría a veces cuesta lágrimas por dentro; y que callarse ante una humillación no significa que no te hayas dado cuenta...
La belleza interior tiene mucho que ver con todo lo que se hace sin que los demás lo noten, y ni siquiera lo sospechen.

Un día pensé que es más fácil dejarse crucificar en medio de la `plaza del pueblo, que aguantar un alfilerzo en silencio.

Pero esa belleza es fruto de mucha renuncia, no de ir de especial, porque todos tenemos los pies de barro...

Mònica dijo...

Totalmente de acuerdo Carmen, la discreción es un valor importantísimo para valorar esa belleza interior pero por desgracia mucha gente, no sólo no es discreta, sino que alardean de una belleza interior que ni conocen, lo peor de todo es que creo que realmente se creen especiales...
Un abrazo

carmen dijo...

Un abrazo Mónica, qué bien estoy aquí de excursión. Siempre hay algo que me inspira, y eso que le llamé abstruso...

Anónimo dijo...

Mi opinión es que si una persona se muestra diferente a las demás, eso no lo hace ser hipócrita, no entiendo porque piensan así. En lo personal soy una persona muy expresiva y payasa de por sí, la alegría sale sola cuando hablo. Eso es un tipo de belleza genuino que muy pocos valoran. El que alguien se sienta especial no es que se engañe; es que reconoce su identidad, cuantas veces he querido bajarle los colores a mi personalidad siendo más seria y que es lo que pasa? "Chica, tú no eres así, que te pasa hoy? Donde está esa alegría que te caracteriza? Porque desee bajarle el contraste a mi forma de ser? Por culpa de los pensamientos no definidos que salen de mentes grises, que no entienden que con lo que se nace se nace. No se si cualificar esto como belleza interior... me ha puesto a pensar esto...pero lo que sí se, es que no es algo de lo que me tenga que avergonzar y si los demás quieren pensar que esto es "pregonar" de algo que no se conoce, los demás son solo eso...