jueves, 29 de octubre de 2009

Maraña melódica



Hay elementos de una vida que tintinean, episodios sumidos en el olvido recién estrenados, como un juguete nuevo envuelto en el altillo. Eso pasa con muchas canciones o personas, que fueron oídas o conocidas por breves momentos, quizás una vez, y luego se esfumaron porque otros hechos ocuparon su espacio y su tiempo.
Cuando la ruleta de la memoria los evoca, arqueamos una sonrisa por esas criaturas que tintinean, que oscilan entre lo real y la nada, un ser de posibles allí lejos en la entrada. Esta canción es uno de esos náufragos episodios de la vida, criaturas que no les quedó sitio para vivir entonces y sonaron o se vieron un par de veces.

Otoño es época de neblinas, de vahos, humos y parones, psicológicamente hablando, todo se gelifica un poco, sutilmente. Y ya queda menos para llegar a la primera década del siglo XXI, los años 10, porque la actual no tendrá nombre y probablemente ni se mente, por ser eso monopolio de raza periodística y por lo tanto no entrar en las ecuaciones del sensacionalismo ontólogico más depurado. En algún lugar del marasmo secular debemos estar, con su latitud y altitud concreta, aunque parezca que no pasa nada más alla del ruido de la crisis, aunque sea difícil encontrar hechos de medidas suficientes capaces de dar coordenadas. Algo se huele en la recámara, algo parece estar formándose, con lo aventurado que es tirar de pituitaria planetaria, algo sorpresivo claro.

Nunca es malo consultar los asuntos a la música, porque todo esto no deja de ser un gigantesco órgano de resonancias. Oírnos fuera en los sentires de otros, dejar que resuenen nuestras preocupaciones en alguna cámara inspirada y acertada. Poner a prueba nuestras dudas en esos detectores líricos que fluyen, que concluyen, que acaban.
Nuestra corteza musical es una capa de quilates en la azotea que muchas veces olvidamos hacer uso, y ella, a veces se manifiesta, irrumpe, se aparece, y hasta incluso suelta soluciones inconscientes como manejada por una mano ajena, firmando con la palabra maravilla.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Leyendo el post mientras escuchaba la cancion y hablaba con tupper, intentando saber pq se cerro un capitulo de mi vida (aunque no tuve respuesta), se escaparon unas lagrimas.
Merci

Mònica dijo...

Precioso comentario...

besos