jueves, 19 de noviembre de 2009

Aparecer socialmente

Hay gente que dice sí a todo, gente que se rebela varias veces al día como si llevase un sensor de injusticias domésticas, hay gente asertiva que se afirma y defiende en cualquier ocasión, y gente susceptible que se siente atacada si una palabra contiene alguna letra de su nombre.

Un investigador de la universidad de Felton ha intentado conocer y clasificar a 15.000 personas únicamente a través del visionado de su compra de pan en una panadería. Veinte segundos suficientes para requeteobservarlos con minucia, establecer tipologías de gestos, entonaciones, pausas y reacciones.
Su principal conclusión ha sido que los negros huelen mal. Tal cual.
Simplemente quería que le leyesen. Ser rompedor lleva consigo audiencia, porque siempre ha llamado ver en medio de la calle a alguien rompiendo mobiliario urbano. El estruendo llama como el sexo en Freud vende/vendió libros. Romper puede bien usarse para forjar un nombre. ¿Cuál es tu profesión? Romper cosas versión invisible: me cago en un cuadro y luego lo vendo, o insulto por doquier y luego sonrío. Masco chicles de libertad de expresión de forma compulsiva, lamo sus huesos y rebaño lo que haga falta. Ningún sistema es perfecto y la democracia tiene sus parásitos piojeando por ahí.
El método científico también permite esconder grandes bultos como todo sistema burocrático facilita. Investigaciones que son un pastel, pero que una arquitectura de formalismos permite avanzar como un pesado buque, como un caso judicial enmarañado.

Se podría crear un Ministerio de Malas Formas y verdadescomopuños. Un lugar a donde ir y proferir con lengua suelta todo lo que el decoro no permite. Así como la política necesita partidos de extrema derecha para que la mierda esté contenida en su container y no se expanda a lo socialmente "normal-centro", la sociedad quizás necesita también vertederos de verdades, lugares donde lo clamoroso y escondido toma forma, más bien se escupe, ese veneno noble pero condenado, las verdades que dan miedo escénico, y así no se diluyen y mutan en lo correcto y aceptado.
Lo que digo sería algo como un MinisterioRubianes, ejemplo que viene como anillo al dedo al tema. Ir a ver a Rubianes era ir a ver ese vertedero de evidencias que no se veían en ninguna calle, verdades como puños, claras, gráficas, viscerales, y con violencia como los puños sí, un tío que no se andaba con medias tintas ni verdades a medias. Destinado en el continente del humor, en ese lugar apartado donde en democracia uno se puede reír de casi todo, pero él con un humor incorrecto políticamente, y con un seguimiento mucho más popular que cualquier partido político de la zona. Se cagaba en lo que se tenía que cagar, lo hacía con gracia y genialidad, sin nada maquinado ni pensado, saliéndole de dentro y provocando la más hilarante carcajada.
Año tras año llenaba su teatro cada día en el centro de Barcelona, mucha gente repetía el mismo show eucarísticamente dos, tres, hasta cinco veces. Todos queríamos ser Rubianes, ser tan graciosos, procaces, atractivos, valientes e inteligentes. Y ante todo, libres.
Esto no es un homenaje, a lo que más se parece a un ídolo, se le rinden homenajes uno tras otro a lo largo de la vida.

1 comentario:

Monica dijo...

Jajaja me encantan estos post "tal cual", naturales, engendrados y paridos en una horita...
El tema calentito pero cierto. Yo tengo dias de todo, algunos con grandes tragaderas y otros que me tiraria un pedo alli donde estuviese, hoy creo que es uno de esos, asi que si huele ya sabes...
Apoyo el ministeriorubianes y su jeta para todo, para decir lo que le diese la gana donde,cuando, a quien y sobre lo que se le pasase por la cabeza. Pero siempre sacandome una sonrisa,incluso hoy que no me puedo mover.
Besos