miércoles, 23 de junio de 2010

Cuando te caes mucho, el semi-vértigo ocasional no da inspiración. El sudor del esfuerzo accidentado tampoco. Cuando un gas de incertidumbre se ha posado hace semanas, tampoco hay un guiño para la inspiración.
Oiga, si no sabe jugar con el lenguaje, si su cabeza no es una paella donde cuece entero el diccionario desgranado, si no sabe a qué velocidad se mueve cada palabra según la marcan sus vecinas, entonces, no escriba.

Hablar de política o hablar de metafísica, sino todo lo contrario. La escritura se puede mecer y mecer en lo insustancial. El lenguaje encierra el mundo sin necesidad de hablar de él. "El tintineo de esa cuchara que lamió metadona en un sueño difunto" es algo que nunca existió, pero basta una cuchara trágicamente humanizada para resumir un buen cacho del mundo.
Un escritor debería tener un ránking en la cabeza, de la frecuencia de uso de los sinónimos de las palabras, en el mundo público y privado.
La maldición de un escritor es el tópico. Lo pisado.

Si alguien hiciera una radiografía al mundo, saldría una especie de tumor hipertrofiado, una desfiguración, que no es otra cosa que el fútbol. Como la muy nuestra burbuja inmobiliaria, la futbolitis no para de crecer, año tras año, década tras década.
Y cualquiera en este mundo civili.... no podría augurar la muerte del fútbol. La metafísica ha muerto, el arte, la fotografía... pero si hay algo vivo, vascularizado, musculoso, eso es el mundo del fútbol.
El fútbol acabará muriendo. Y será mucho más pronto que lo que la gente piensa. En la época de los gladiadores también pensaban que eso duraría para siempre. El fútbol es desmesura, hinchazón, una especie de tumor del ocio sin sentido. Se deposita casi tanta esperanza en él como dinero.
Pero el fútbol es cada vez más algo aburrido, y con eso no puede nadie. Cada año el mundo del fútbol muta, el ecosistema de los jugadores en los 80 ahora es otro escenario cotidiano, los altavoces de la prensa actual son más presentes que las criticadas vuvuzelas, y el juego, que al fin y al cabo es lo que al final sustenta todo, gana y gana en especulación cada año.
El mundo del fútbol está lleno del típico tonto del nabo. Hasta por mero dandismo la gente se irá distanciando de él, el fútbol al final sólo será para pobres. Y lo siguiente también será de masas, pero un peldaño más arriba en la civiliz..., de matarse entre tigres exóticos, a matar toros, a chutar el cuero...

1 comentario:

Mònica dijo...

Trobava a faltar la teva escriptura...

El futbol, como casi todo, está perdiendo su esencia, o quizás soy yo.
Recuerdo esos domingos sin sobremesa, de comidaas rápidas porqué a las tres salíamos corriendo montados en el taxi de mi abuelo camino a las Corts, todos juntos (mi padre, mi tiet, mi iaia, mi bibi, mi camiseta de Schuster y yo), aparcábamos el taxi a medio kilómetro del campo y paseábamos dirección al campo, donde se juntaba gente que, con el paso de las temporadas eran amigos, tertulianos, porqué el futbol se vivía, se comentaba, se llegaba a discutir pero tras 90 minutos todos seguían siendo amigos y se deseaban suerte para el siguiente partido en el que no se verían porqué se jugaba fuera.
Esas tardes las recuerdo muchas veces, y recordar esas tardes me hace llorar de alegría por tantos ratos compartidos en familia, especialmente con alguien que ya sabes, culpable de estas movidas domingueras en familia...
Creo que en aquella época éramos medio Argentinos. Eso era futbol, era emoción, era deporte...
Y ahora? que es el futbol ahora? no sé lo que es, pero por mi parte puede desaparecer...

Gràcies per fer-me plorar recordant
petons