martes, 2 de octubre de 2012

Espontaniedad


La espontaniedad, dice Umbral que sin ella no hay aventura. Es una especie de chasquido creador de conducta, un automatismo creativo que surge solo, como un pequeño big bang. Es curioso que quien no la tiene, parece tener un enorme muro en sus vistas que imposibilita salirse de los carriles ya hechos por los demás antes. Sólo tiene dentro un gran caldero donde se acumulan decenas de frases manidas y conductas previsibles. La espontaniedad libera a la persona del robotismo.

A veces parece que no sale de ninguna parte, y maravilla a quien lo ve por lo que tiene de sorpresa, de quiebro, de regeneración. Los espontáneos comedidos se reinventan, los masivos desvarían y desafinan. Pero no hay espontaniedad pura, aunque a veces lo simule. Siempre hay unos ensayos antiguos casi no recordados, unos temas substrato que estaban allí sentados en una acera del cerebro, pero un sprint de Bolt en décimas de segundo culmina un cóctel logrado que mezcla todo lo antecedente y ofrece la espontaniedad, el nuevo rizo a lo previo.

Cavemos más en la generación de conductas, antes que en unas décadas las excavadoras de la neuroimagen dejen todo al descubierto. En último término, para ser espontáneo hay que querer serlo, debe haber una voluntad que quiera ofrecer esa característica en el despliegue de su conducta. Es mucho más económica la conducta robótica que la espontánea-creativa: requiere menos gasto, ahorra recursos, pese a que la inversión es escasa. Debe haber un deseo de ofrecer esa variante conductual hacia los demás o hacia el propio autoconcepto o autoestima.

Excepto tal vez, de aquellos que mamaron espontaniedad, los espontáneos puros que heredaron esta característica y la llevan de serie. Pues creo que tampoco, el repertorio de conductas de los padres también es una elección adaptativa, al igual que lo transmitido con más o menos conciencia. La espontaniedad puede ser vivida bien como un as o arma preciada, o bien como un proceder habitual, unos simples calcetines de la conducta. Pero habiendo almas robóticas con flexibilidad medieval, la espontaniedad es un rasgo preciado que moderniza el encéfalo y embellece al espontáne@, por su capacidad creativa o por sus calcetines diferentes cada día.

No hay comentarios: