domingo, 31 de marzo de 2013

Un centre alternatiu per Barcelona


No se entiende por qué la Barcelona majestuosa alrededor de Correos no es populosa ni centro neurálgico. La Via Laietana allí, enfila la calle más solemne de Barcelona, más digna y capitalina.
El boulevard más celebrado de la ciudad podría ser todo el frente marítimo hasta las Ramblas, arteria comercial, ribera litoral poblada de cafeterías, en una imaginaria plaza cataluña desplazada, y auténtica pegada al mar.

La zona noble de Reina Cristina bien sería sede de clases pudientes junto a este centro imaginado que no existe. Barcelona creció de espaldas al mar fusionada con él, y el centro trepó calles, barrios arriba, empujado por la salubridad y el cerco a la expansión natural de la ciudad.

Esta zona baja de la ciudad tan olvidada y señorial a la vez, barriga adormecida de la capital con decenas de edificios institucionales migrados de importancias. Que se prolonga por la espalda del Borne, la estación de Francia mastodóntica, el Paris litoral del Paseo Picasso e Isabel II, el Pla de Palau, el parque de la Ciudadela preñado de infancia. Podía estar aquí el centro de la ciudad de una Barcelona otra, aún más mediterránea, totalmente portuaria y ribereña en su esencia. Un epicentro menos difuso que el hormigueo de Plaza Catalunya, más triunfal y menos laberíntico de represión. Un centro menos céntrico, lógico y pragmático que el actual, ya menos barroco de Historia, y lleno de casualidad.

Estas calles tienen hechuras capitalinas, bien podían los políticos coger sus bártulos de boli y papel, sus almacenes de humo, y mudarse ligeros y fáciles a este llano. Así nos harían pasear por aquí entre mar y sol para hacer trámites y burocracia.
Este lugar espacioso y de época, área sobrada y de presente inmerecido, alberga mucha capitalidad vaciada. Por aquí, entre tanto edificio oficial olvidado, rezuma a vida no vivida.

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