miércoles, 24 de abril de 2013

Me pones a secas


Un post en Sant Jordi nace balbuceo entre trillones de páginas en los escaparates. Sant Jordi es en parte una gitanada, o soy yo quien ve un gitano devoto de la tradición en cada esquina sacándose un 700 % de cada rosa, sin declarar más que un cante jondo en las narices de los floristas autónomos? El día no festivo más festivo en Catalunya gusta si te escapas esas dos horas del trabajo, te bañas en el ambiente distendido, ves a tu ciudad transfigurada y populosa, respiras la festividad, y tiras para casa antes de agobiarte por la proliferación de especímenes de tu género. Y sí, lo del libro y la rosa, que era el pretexto.

La dosis de Sant Jordi. Si te excedes, ves las costuras de tamaño entramado comercial. La densidad del gentío es un indicador de las expectativas propias, a más masa mayor justificación explicativa nos pide el cuerpo, al menos a mí. Eludo las tardes de Sant Jordi como tsunamis humanoides donde me pierdo y me revuelco. Pero ahora las mañanas también están petadas, y así no hay nadie que pasee a gusto. Esto de Sant Jordi funcionaba bien cuando el centro comercial improvisado no era una triatlón de obstáculos, porque de melé en melé no se va a mirar libros desde el Cromagnon, y aún menos a pagar flores a seis euros, mil pelas.
Estaba bien pasearse y ver las antirrosas: qué habían creado los artesanos ese año en forma de rosa pero sin serlo. Caminar por un mercado imaginativo Rambla Catalunya arriba, vestido de fiesta, y hacer un repaso populoso a los libros en la calle soleada.
Pero donde se entregan y retornan unos euros, en plena calle y al sol, las zarpas de los oportunistas implantan el zoco. Ahora se vende de todo, la gente hace su Sant Jordi, el paseo ya nos rezuma a negocio y a tajada. Excesiva oferta y mercado incomodísimo, y la rosa, y el libro, sí, como pretexto.
Y los autores firmando, a la altura del vulgo y de la vulga. Tú me das 20€ y yo te coloco un muerto en la estantería, firmamos la venta? Venga, me pones para "Carlos". Tú me pones, a secas. Ay. ¿Te han regalado rosa? Seis. Y el libro no lo he comprado, lo he mangado gracias.

Bien hecho. A mí me han regalado uno muy actual, del año 1984, cuando lo de Arconada. Y luego lo del 4-0. Yo hasta el 30 de junio estaré sin equipo, ya me quité del Barça, porque este Bayern hasta que no venga Guardiola aparte de ganar no sé a qué juega. Claro que, al menos no trota con siete cascabeles. De momento no veo equipo al que admirar, ya veremos en junio.
Quienes quieran ser militantes en esto del fútbol, del deporte en sofá, lo sigan siendo. Fijo, vamos seguro, que los clubes reparten un dividendo millonario a cada militante en su sofá, yo por chaquetero y poco sentimentalista con el fútbol me lo voy a perder, y encima no va a alterar mi vida triste y racional, desgraciado que soy.

No hay comentarios: