martes, 30 de abril de 2013

Primavera saharosa. Acuartelamiento


Es viernes. Anochece selvático. Con gorjeos de pajaros escogidos que sólo riman con lo selvático, como si el paisaje eligiera unas notas y no otras, activando sus sintonías y sus pájaros. El bosque a veces se comporta como un compositor.
Las nubes han ocupado el cielo, lo han sitiado, y esperan atacar mañana. Todo es un preludio, de una gran descarga. La pineda marítima aparece como secuela de gorilas en la niebla, en un acecho de humedad.
Al final, una cortina gris de lluvia es el telón del día.

Amanece el sábado anegado. Aquí, el clima apenas se soflama un dia al año. Es aburridamente civilizado. Pero esta primavera el clima está anormalmente acuoso. Retorna pródigo, año lluvioso, como un menú húmedo al ambiente que se había ido hacía lustros.
Los pinos están chamuscados de agua, drena que te drena. Las cisternas del bosque, subsuelo de los adentros, quedan llenas hasta San Juan. Las setas se plantean volver, hacer gira de primavera húmeda extraordinaria.

Bien, hay que aplaudir ya a las nubes, han conseguido un récord, un registro, con su descarga, son ya un poco personaje time del año. La lluvia del 2013 y tal.
To record, y registrar, vienen a significar lo mismo, pero hete la fuerza mercader del inglés que acuña récord y barre un lugar del castellano. Registro, no suena a nada, ya traspapelado. Aparte de que record aluda también a grabar. Fuerza mercader aparte, récord está mejor parido. Tal vez el inglés esté mejor parido para los anales y los titulares, lengua más matemática y concisa.

Nos meten en el invierno, tras volver a la manga corta. Esto es un atraso. Abril ha sido eso, revelación y atraso. De repente nos volvemos unos preocupados por la lluvia, influidos por ella.

Es domingo, clarea unos minutos. Se respira toda la sordidez del antiverano tras la lluvia. Los pájaros trinan o glosan, la tregua de la tormenta. Es un canto que reza un "estás ahí?" tímido, paterno, filial, fraterno o conyugal. Los pájaros se buscan entre sí tras el aguacero, y se confirman.

Lunes mañana, día cuatro de acuartelamiento. El día tiene un gran problema biliar, está pálido y amarillo todo él, enfermizo, extenuado de tormentas. Un amarillo de otro mundo que no deja fotografiarse, espiritista.

Mediodía, o esta noche ártica de una de la tarde.
Y de repente el día se pone albino, y arrecia todavía más. Está iluminado de blanco, inexplicable. El día niebla de repente, emite niebla de sopetón. Los aviones pasan por peligro.
Luego el único científico de la tele, explica por qué el día tenía ictericia y por qué se puso albino de golpe repentino. Por tener medio Sahara en el aire, por las partículas en suspensión, que ya nos visitó el desierto norafricano en otoño, y ahora se pilló otros vuelos para venir y posarse aquí. Primavera saharosa, muy cool está la meteorología.

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