lunes, 7 de abril de 2014

El tema catalán/La derecha española


Podría escribir sobre el tema catalán, o sobre los chopos. Al final es lo mismo, uno segrega la misma verdad al morir el tercer párrafo. Es una cuestión de curvas, y el tema catalán tiene muchas curvas. Digamos que en España ya existe el rajoyismo, ultrapasado el aznarismo aquél. Se trata de una forma menos bárbara y civilizada - otra manera - de llevar las mismas tesis hasta las últimas consecuencias. Aquí esos últimos términos católicos y romanos se demoran, porque la nueva filosofía política de la derecha es mirar hacia otro lado. La derecha bizca, es el nuevo swing que Mariano Rajoy ha dado a su partido carpetovetónico y españolísimo. Una derecha lenta, demorada, diletante, un drive disminuido que los peloteros catalanes están aprovechando para cansarlo e irlo sacando de la pista. Una derecha decadente, en definitiva, en los tiempos que hasta los negros son presidentes de EEUU, ya no puede aprovechar un 4-5 break abajo y descanso en el debate, para pedir el comodín de los tanques o la encarcelación del adversario político. Esa derecha fulminante, cojonista, de caspa y yugo, golpista, católica, aliada de los nazis y el fascismo italiano si hace falta, romana, negadora de Al-qaeda y perdedora de elecciones contra el Alcorcón, sigue su declive moral ya sin sobres pululando, y se va estampando electoralmente - digo yo que José Luis les dará la puntilla definitiva a meses vista desde Soto del Real – pese a que la prima de riesgo está mejor que la de USA. Pero es que es una derecha tuerta, que no se esconde el ojo dañado, una derecha que casi ya se comporta como un partido democrático, alejada ya casi cuatro décadas de su asesino valedor y rentista, un partido donde tres o cuatro voces disienten públicamente sobre si Yahvé debe entrar o no en la vida anticonceptiva de las personas, un partido modernizado, digamos que sólo 30 años atrasado respecto a su equivalente escandinavo, un partido que mucha gente “rara” podría llegar a votar de aquí a un siglo. Es una derecha muy digna respecto a tiempos pasados, frecuentemente educada, pese a incumplir sistemáticamente un programa electoral, pero tienen programa electoral y no consta privatizar empresas como el aznarismo aquél, hirsuto y chaparro, postimperialista y muy catalán en la intimidad. Una derecha que honra a Suárez y a la Constitución por encima de todas las cosas – no robarás -, una derecha brillante, feminista, escogida en tiempos más que críticos, con un ministro de Economía discreto y uno de Hacienda actor cómico??, una derecha entretenida, con plasma y sin plasma, pero
una derecha tuerta que no le gana un set ni al Psoe cojo con la garrapata de la Chacón. Ni un partido a Vox. Una derecha perdedora en fin, un Rajoy poco bárbaro y letal con dos erecciones pérdidas y un gobierno ´solventacrisis´defenestrado.

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